Fractura ósea: cerclajes y clavo intramedular

Introducción:

El ejemplo que os describo a continuación es un caso característico de fractura ósea resuelto mediante las técnicas de aplicación de cerclajes y de un clavo intramedular.

Toby es un perro podenco macho entero de ocho años de edad, que fue traído a la clínica minutos después de sufrir un atropello por un vehículo todoterreno. Tras estabilizar sus constantes fisiológicas (vino en shock), procedimos a valorarlo traumatológicamente.

Fractura ósea:

Cómo podéis ver en la radiografía, el húmero se ha dividido en tres fragmentos muy biselados, lo que impide un adecuado uso de la técnica de placas y tornillos.

Se ven dos radiografías, una al lado de la otra, en la de la derecha se ve un húmero canino en proyección lateral con una fractura múltiple y muy complicada. En la de la izquierda se ve al mismo húmero canino con la fractura estabilizada gracias a un clavo intramedular que lo atraviesa de arriba abajo, y a tres cerclajes metálicos circulares en la zona media del hueso.
Hueso fracturado antes y después de la cirugía. Haz click en la imagen para ir a Radiografía

Además si sólo hubiera usado cerclajes, al apoyar el peso en esta extremidad, los extremos tan biselados se desplazarían cabalgando unos sobre otros, dando lugar a un acortamiento del hueso ( amén de dañar los músculos y vasos sanguíneos adyacentes); y a una inestabilidad en los bordes de la fractura que impediría su correcta osificación. Es por ello que le implantamos un clavo intramedular.

Tal y cómo podéis ver en la última imagen el resultado fue el esperado y Toby se recuperó bien del accidente.

Foto tomada en el quirófano de la clínica operando a un perro con fractura ósea. En primer plano está el perro anestesiado y tapado por paños quirúrgicos estériles, asoma el brazo operado, rasurado y teñido de yodo, la mano del perro está cubierta con un vendaje estéril. El cirujano está vestido con bata larga, guantes, mascarilla y gorro de cirugía; está de cara a la cámara, al otro lado de la mesa. Con la mano derecha usa un taladro quirúrgico para colocar el clavo intramedular, mientras con la izquierda sujeta el hueso.
Aplicando el clavo intramedular. Haz click en la foto si quieres verla en Flickr

Discusión:

El húmero canino es un hueso muy robusto y difícil de partir. Normalmente se fractura en su parte más cercana al codo, la más fina.

Siempre en este tipo de fracturas valoramos el daño torácico y el daño a los nervios periféricos que recorren el húmero para inervar los músculos del brazo.

El daño torácico puede llegar a impedirnos el proceder a una anestesia general para estabilizar la fractura, con lo que este procedimiento se dejaría para más adelante cuando la anestesia sea segura.

El daño a los nervios periféricos (fijáos en el bisel de los fragmentos óseos) puede llegar a comprometer seriamente el resultado de la cirugía en cuanto a funcionalidad de la extremidad.

Por ello es muy importante valorar al paciente y a la extremidad afectada antes de proceder a la osteosíntesis.

Foto tomada en el quirófano, se ve la mano derecha del cirujano sujetando una pinza que ateneza los dos extremos de un alambre quirúrgico que da la vuelta al hueso roto, está girando la pinza para enrollar el alambre, mientras con la mano izquierda separa el hueso de la pinza para ir dándole tensión al cerclaje.
Aplicando uno de los cerclajes. Si quieres saber más de Traumatología y Ortopedia haz click en la imagen

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